Complejo deportivo "Can Mercader"

Construcción de un complejo acuático y deportivo ubicado en el parque metropolitano de Can Mercader y remodelación de las piscinas exteriores existentes.

Imagen de la piscina
Marcela Grassi
Ficha técnica
  • Fecha del proyecto:
    Julio 2009
    Data inicio de la obra:
    --
    Data fin de la obra:
    --
    Fecha de ejecución:
    Junio 2012
    Municipio:
    Cornellà de Llobregat
    Superficie:
    4.380 m²
    Coste:
    5.765.654,54 €
  • Autores:
    Montserrat Batlle, Pere Riera, Josep Sotorres, Bartomeu Busom (RGA Arquitectes)
    Dirección de proyecto:
    Montserrat Batlle, Pere Riera, Josep Sotorres, Bartomeu Busom (RGA Arquitectes)
    Dirección de obra:
    Montserrat Batlle (RGA Arquitectes), Albert Dalmau Espina (arquitecte tècnic – AMB)
    Colaboradores:
    Antoni Massagué, Jordi Velasco (estructuras: Àrea 5), Miquel Portell (instalaciones: Portell-Brunés enginyers), Ileana Manea, Vítor Mingacho, Gonzalo Navarro, Paula Stere, Raül Sebastian, Felipe Peña (RGA arquitectes).
    Contratista:
    Construccions RUBAU
Descripción

El proyecto se encuentra en uno de los puntos singulares de inflexión que presenta el llano de Barcelona, precisamente donde empieza a subir hacia la sierra de Collserola. Esta ubicación le permite dominar el horizonte hacia el mar, a la vez que se ve dominado por las visiones urbanas generadas desde cotas más altas, situándose en medio de una gran diversidad de flujos y visuales.

La sección que se propone es la que permite que todos atraviesen el edificio sin obstruir la natural fluidez del territorio y del parque, y que al mismo tiempo se pueda disfrutar de las excelentes visuales del entorno, tanto desde la gradería de espectadores como desde los propios vasos de las piscinas.
El acceso se realiza por el nivel superior del camino de acceso al parque, aprovechando su diferencia de cota con el vaso de la piscina exterior y con el resto de nuevas zonas de agua previstas.

Las salas de musculación y el bar, aprovechando la buena panorámica que, desde el nivel de acceso, se tiene hacia el sur y el mar, se colocan en primera línea por encima del vaso de la piscina exterior. La cubierta, articulada con unas grandes jácenas metálicas, se recoge, en este nivel, para dar lugar a la colocación de parte de la gran cantidad de maquinaria necesaria para la climatización del edificio, al tiempo que la proveen de un paisaje propio en frente de las visuales urbanas más altas.
Los vestuarios, situados en el mismo nivel inferior de la zona de aguas, se han ubicado por debajo del camino de acceso y no tienen volumetría aparente en el parque.

Todo el equipamiento se circunscribe en un rectángulo junto al camino que recorre la valla del parque sin estropear la línea de palmeras existentes ni la vegetación singular.
En la planta de los vasos de las piscinas y en la fachada sur se configura un patio exterior que permite una buena articulación con el paisaje existente, permite disfrutar de mejor soleamiento y se gana un espacio acogedor de reposo y de convivencia cívica.

En la primera planta, todo gira alrededor de un anillo circulatorio que, a partir de una calle transversal que actúa como vestíbulo principal, da acceso a las diversas dependencias. Al lado del bar, y siguiendo la fachada sur, encontramos las cuatro salas de musculación y de actividades dirigidas que aprovechan las buenas visuales paisajísticas.
Una planta inferior por debajo de los vasos de las piscinas interiores actúa como espacio de registro y contiene las instalaciones de depuración, así como los recintos de los depósitos reguladores, tanto de las piscinas interiores como de la piscina exterior.

Aunque la estrategia primera de implantación del edificio se sustenta en  la superposición de un volumen de cubierta sobre el perfil topográfico del paisaje existente, la configuración total del edificio es, a la vez, deudora de una estrategia de excavación sobre una masa previamente constituida, conformando, de este modo, una arquitectura de extracción que se abre paso a través de la materia para generar el vacío y el esparcimiento necesarios que tienen que permitir el paso de los distintos flujos, de luz y vistas, que desde el paisaje atraviesan el edificio.
Cromáticamente, la piel exterior busca la empatía con el verde del paisaje, mientras que en el interior, sobre un pavimento verde azulado que se extiende hacia el exterior, se apoyan los paramentos verticales, blancos.


Realización vídeo: Estudio Alteraciones

Dónde
Enlaces relacionados