Transportes
El AMB dispone de una amplia red de infraestructuras de transporte para satisfacer las necesidades de movilidad del territorio, que incluyen desplazamientos de escala local y regional. Esta red está en permanente proceso de mejora y ampliación para poder garantizar una cobertura y un servicio público de calidad.
Red de transporte
La red metropolitana de transporte está diseñada para satisfacer las necesidades de movilidad de personas y mercancías a escala local, regional y de larga distancia. Dada la intensa dinámica socioeconómica de esta parte del territorio catalán, esta red requiere un continuo proceso de mejora y ampliación para garantizar una buena cobertura y un servicio de calidad.
Históricamente, estas infraestructuras han seguido un modelo de desarrollo paralelo al de la ocupación del territorio y responden, por lo tanto, a las necesidades de movilidad originadas por el incremento de suelo industrial y residencial. El tránsito de personas está condicionado por la distancia entre los lugares de residencia y los centros de trabajo y de servicios. Esta distribución, junto con los condicionantes territoriales y las costumbres sociales, ha convertido el vehículo privado en una necesidad para la mayoría de las actividades cotidianas y supone un gran reto para el transporte público. Por otro lado, una buena estructura para el tránsito de mercancías resulta vital para el área de Barcelona y sus principales nodos, en especial el puerto y el aeropuerto. La funcionalidad y la calidad de este sistema serán determinantes para la reactivación económica de la región.
Para dar respuesta a las necesidades de movilidad, el AMB dispone de una potente red de infraestructuras de transporte. Así pues, en el delta del Llobregat se localiza una de las mayores acumulaciones de infraestructuras de transporte del sur de Europa, de manera que en un radio de menos de 7 km hay conexiones entre todas las modalidades de transporte de pasajeros y de mercancías: marítima, a través del puerto; aérea, con el aeropuerto; ferroviaria, con líneas de tren convencional y de alta velocidad, y viaria, con una importante red de autopistas, autovías y carreteras que estructuran el territorio metropolitano.
A pesar de ello, para poder garantizar el desarrollo de su gran potencial económico, el área metropolitana de Barcelona necesita corregir un déficit histórico en materia de infraestructuras que solo se podrá superar con una intensa colaboración entre las administraciones estatal, autonómica y local.
Históricamente, estas infraestructuras han seguido un modelo de desarrollo paralelo al de la ocupación del territorio y responden, por lo tanto, a las necesidades de movilidad originadas por el incremento de suelo industrial y residencial. El tránsito de personas está condicionado por la distancia entre los lugares de residencia y los centros de trabajo y de servicios. Esta distribución, junto con los condicionantes territoriales y las costumbres sociales, ha convertido el vehículo privado en una necesidad para la mayoría de las actividades cotidianas y supone un gran reto para el transporte público. Por otro lado, una buena estructura para el tránsito de mercancías resulta vital para el área de Barcelona y sus principales nodos, en especial el puerto y el aeropuerto. La funcionalidad y la calidad de este sistema serán determinantes para la reactivación económica de la región.
Para dar respuesta a las necesidades de movilidad, el AMB dispone de una potente red de infraestructuras de transporte. Así pues, en el delta del Llobregat se localiza una de las mayores acumulaciones de infraestructuras de transporte del sur de Europa, de manera que en un radio de menos de 7 km hay conexiones entre todas las modalidades de transporte de pasajeros y de mercancías: marítima, a través del puerto; aérea, con el aeropuerto; ferroviaria, con líneas de tren convencional y de alta velocidad, y viaria, con una importante red de autopistas, autovías y carreteras que estructuran el territorio metropolitano.
A pesar de ello, para poder garantizar el desarrollo de su gran potencial económico, el área metropolitana de Barcelona necesita corregir un déficit histórico en materia de infraestructuras que solo se podrá superar con una intensa colaboración entre las administraciones estatal, autonómica y local.
Sistema ferroviario
Pasajeros
Con la llegada de las líneas de alta velocidad a Barcelona y su reciente desarrollo hasta la frontera francesa, la conexión exterior del área metropolitana ha mejorado sustancialmente. Pero la implantación de la alta velocidad en la ciudad de Barcelona no estará plenamente conseguida, desde un punto de vista funcional, hasta que no finalicen las obras de la nueva estación de La Sagrera y la remodelación de la estación de Sants.
A pesar del gran número de líneas que se concentran en el núcleo central del área metropolitana de Barcelona, la gran intensidad de los flujos de movilidad produce situaciones de saturación en gran parte de la red durante las horas punta y provoca deficiencias en el servicio. Para descongestionar estos puntos están previstas varias actuaciones de envergadura, como la finalización de las líneas L9 y L10 del metro, el salto de líneas de La Torrassa, la prolongación de las líneas L2 y L4 del metro, y la ampliación del sistema de Cercanías y de la red de FGC. Otro reto pendiente en el transporte de pasajeros es el acceso ferroviario a la terminal T1 del aeropuerto de Barcelona.
Tránsito de mercancías
La estructura de la red de transporte de mercancías en el entorno metropolitano está formada por dos ejes principales: el eje mediterráneo y el eje del Ebro, que convergen en el tramo Tarragona–Barcelona–Girona–Francia. La mejora en el transporte ferroviario es fundamental para equilibrar la situación actual, en la que el transporte de mercancías por carretera es mayoritario (93,2 %) en relación con el ferroviario (6,8 %). Este reequilibrio es imprescindible para poder mantener un crecimiento de la economía sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
La puesta en marcha del Corredor Mediterráneo permitirá utilizar de manera compartida (tránsito mixto, de pasajeros y de mercancías) tanto la línea de alta velocidad de ancho internacional como la línea convencional de ancho ibérico, por la que circularán trenes de España a Francia, pasando por las variantes de ancho mixto de Castellbisbal–Mollet y de Portbou.
Actualmente ya se pueden transportar mercancías por ancho europeo desde el puerto de Barcelona hasta Francia, pero queda por resolver la conexión hacia Tarragona, Castellón, Valencia y el sur de España. Falta, además, completar la conexión ferroviaria de mercancías con dos actuaciones importantes: el acceso ferroviario definitivo a la ampliación sur del puerto de Barcelona y las estaciones de mercancías en el antiguo lecho del Llobregat .
Sistema viario
El sistema viario del área metropolitana de Barcelona es el punto de confluencia de todo el sistema viario catalán y responde a un esquema condicionado por las vías naturales de paso, muy marcadas por la geografía.
La red viaria metropolitana se articula mediante tres estructuras: el sistema central, constituido por las rondas de Barcelona y sus puertas de distribución hacia las vías exteriores; los ejes principales de distribución y estructuración territorial, y el bypass que defina la B-30. Este sistema conecta con cinco nodos exteriores, representados en el plano adjunto.
Las rondas de Barcelona son una de las infraestructuras más importantes del sistema viario metropolitano. Son vías de alta capacidad, con medias de intensidad de tránsito superiores a los 166.000 vehículos, que bordean la ciudad sin interferir en la trama urbana interior. Se articulan en dos ramales: la ronda Litoral, en el lado mar, y la ronda de Dalt, en lado montaña. La gestión de esta infraestructura es responsabilidad del AMB mediante un convenio entre el Consejo Comarcal del Barcelonès y sus titulares. Las rondas de Barcelona tienen una longitud total de 36 km, de los que 8,5 son túneles.
La estructura rodada que conecta los municipios y los principales núcleos de concentración residencial y de actividad del área metropolitana de Barcelona se resuelve mediante la red viaria básica y las vías urbanas. Sin embargo, se prevén actuaciones futuras que ayudarán a completar el tránsito de personas y mercancías, como el túnel Badalona–Mollet, el acceso al puerto por el eje de la A-2, la ampliación de la ronda Litoral y la construcción de una vía segregada para vehículos pesados en Castellbisbal–Cornellà–Puerto.
La red viaria metropolitana se articula mediante tres estructuras: el sistema central, constituido por las rondas de Barcelona y sus puertas de distribución hacia las vías exteriores; los ejes principales de distribución y estructuración territorial, y el bypass que defina la B-30. Este sistema conecta con cinco nodos exteriores, representados en el plano adjunto.
Las rondas de Barcelona son una de las infraestructuras más importantes del sistema viario metropolitano. Son vías de alta capacidad, con medias de intensidad de tránsito superiores a los 166.000 vehículos, que bordean la ciudad sin interferir en la trama urbana interior. Se articulan en dos ramales: la ronda Litoral, en el lado mar, y la ronda de Dalt, en lado montaña. La gestión de esta infraestructura es responsabilidad del AMB mediante un convenio entre el Consejo Comarcal del Barcelonès y sus titulares. Las rondas de Barcelona tienen una longitud total de 36 km, de los que 8,5 son túneles.
La estructura rodada que conecta los municipios y los principales núcleos de concentración residencial y de actividad del área metropolitana de Barcelona se resuelve mediante la red viaria básica y las vías urbanas. Sin embargo, se prevén actuaciones futuras que ayudarán a completar el tránsito de personas y mercancías, como el túnel Badalona–Mollet, el acceso al puerto por el eje de la A-2, la ampliación de la ronda Litoral y la construcción de una vía segregada para vehículos pesados en Castellbisbal–Cornellà–Puerto.
Puerto y aeropuerto
El puerto y el aeropuerto son las dos principales infraestructuras nodales de conectividad metropolitana y reportan al área una clara dimensión nacional e internacional. Estos dos nodos tienen una importancia capital en el transporte de pasajeros y de mercancías y, junto con las áreas logísticas y de actividad económica que se localizan en sus alrededores, definen una de las zonas con más potencial económico de Cataluña.
Puerto de Barcelona
El puerto de Barcelona ha sido, desde siempre, uno de los elementos básicos de la economía catalana y española. Dispone de casi 40 terminales especializadas y polivalentes para gestionar los diferentes tipos de tráficos existentes. Depende del organismo público Puertos del Estado del Ministerio de Fomento y está gestionado por la Autoridad Portuaria de Barcelona.
El segundo Plan estratégico del puerto (2003-2015) apuesta por convertirlo en el principal punto de entrada de pasajeros y mercancías del sur de Europa. Con esta finalidad se trabaja intensamente en la ampliación de la zona de actividades logísticas (ZAL) y en la mejora de la conectividad ferroviaria que, a través del corredor mediterráneo, debe facilitar la penetración de las mercancías portuarias hasta los mercados europeos.
Desde el verano de 2012 está en funcionamiento la terminal de contenedores de la empresa TERCAT Hutchinson, con una superficie de 100 ha y capacidad para gestionar dos millones de TEUS/año, que alcanzará los 10 millones de TEUS/año cuando haya finalizado la ampliación sur.
El puerto de Barcelona se ha convertido también en el primer puerto de Europa en tránsito de cruceros y el cuarto puerto base del mundo. Actualmente dispone de siete terminales marítimas dedicadas exclusivamente al tránsito de cruceros y, próximamente, la empresa Carnival, líder del sector, construirá en el muelle Adosado la nueva terminal E, que estará operativa en 2016.
Aeropuerto de Barcelona–El Prat
El aeropuerto Barcelona–El Prat está situado a solo 3 km del puerto de Barcelona y tiene un gran peso en la industria turística y logística a escala nacional e internacional. El Plan Barcelona transformó el aeropuerto con la construcción de una nueva terminal, la ampliación del campo de vuelos con una tercera pista y la realización de otras infraestructuras relevantes para la mejora de la accesibilidad y la intermodalidad de las instalaciones.
El aeropuerto de Barcelona–El Prat es uno de los 46 aeropuertos de interés general de España, gestionados por la entidad pública empresarial Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) que depende del Ministerio de Fomento. El modelo de gestión aeroportuaria de AENA se caracteriza por gestionar todos los aeropuertos de interés general españoles en red, de forma centralizada e integrada, creando así un sistema aeroportuario unificado.
Desde la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, el tránsito de pasajeros en el aeropuerto ha aumentado mucho: ha pasado de 10 millones en 1992 a 35,1 millones en 2012.
En los próximos años está prevista la mejora de los accesos ferroviarios mediante una línea de Cercanías y la L9 del metro. Con ello se facilitará la intermodalidad, mediante la comunicación con las estaciones nodales de Sants i Plaça Catalunya, situadas a solo 15 km de distancia.
Puerto de Barcelona
El puerto de Barcelona ha sido, desde siempre, uno de los elementos básicos de la economía catalana y española. Dispone de casi 40 terminales especializadas y polivalentes para gestionar los diferentes tipos de tráficos existentes. Depende del organismo público Puertos del Estado del Ministerio de Fomento y está gestionado por la Autoridad Portuaria de Barcelona.
El segundo Plan estratégico del puerto (2003-2015) apuesta por convertirlo en el principal punto de entrada de pasajeros y mercancías del sur de Europa. Con esta finalidad se trabaja intensamente en la ampliación de la zona de actividades logísticas (ZAL) y en la mejora de la conectividad ferroviaria que, a través del corredor mediterráneo, debe facilitar la penetración de las mercancías portuarias hasta los mercados europeos.
Desde el verano de 2012 está en funcionamiento la terminal de contenedores de la empresa TERCAT Hutchinson, con una superficie de 100 ha y capacidad para gestionar dos millones de TEUS/año, que alcanzará los 10 millones de TEUS/año cuando haya finalizado la ampliación sur.
El puerto de Barcelona se ha convertido también en el primer puerto de Europa en tránsito de cruceros y el cuarto puerto base del mundo. Actualmente dispone de siete terminales marítimas dedicadas exclusivamente al tránsito de cruceros y, próximamente, la empresa Carnival, líder del sector, construirá en el muelle Adosado la nueva terminal E, que estará operativa en 2016.
Aeropuerto de Barcelona–El Prat
El aeropuerto Barcelona–El Prat está situado a solo 3 km del puerto de Barcelona y tiene un gran peso en la industria turística y logística a escala nacional e internacional. El Plan Barcelona transformó el aeropuerto con la construcción de una nueva terminal, la ampliación del campo de vuelos con una tercera pista y la realización de otras infraestructuras relevantes para la mejora de la accesibilidad y la intermodalidad de las instalaciones.
El aeropuerto de Barcelona–El Prat es uno de los 46 aeropuertos de interés general de España, gestionados por la entidad pública empresarial Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) que depende del Ministerio de Fomento. El modelo de gestión aeroportuaria de AENA se caracteriza por gestionar todos los aeropuertos de interés general españoles en red, de forma centralizada e integrada, creando así un sistema aeroportuario unificado.
Desde la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, el tránsito de pasajeros en el aeropuerto ha aumentado mucho: ha pasado de 10 millones en 1992 a 35,1 millones en 2012.
En los próximos años está prevista la mejora de los accesos ferroviarios mediante una línea de Cercanías y la L9 del metro. Con ello se facilitará la intermodalidad, mediante la comunicación con las estaciones nodales de Sants i Plaça Catalunya, situadas a solo 15 km de distancia.