Complejo deportivo Salvador Espriu

El nuevo complejo deportivo dispone de un campo de fútbol, una pista polideportiva, una pista de hockey y pistas de petanca. Además, hay un edificio que consolida un frente urbano hacia la autopista donde se ubican los servicios complementarios.

Marcela Grassi
Ficha técnica
  • Fecha del proyecto:
    Abril 2008
    Data inicio de la obra:
    --
    Data fin de la obra:
    --
    Fecha de ejecución:
    Noviembre 2009
    Municipio:
    Badalona
    Superficie:
    2.378 m2 (edificación)
    17.925 m2 (urbanización)
    Coste:
    5.292.326,73 €
  • Autores:
    Alfons Soldevila Barbosa, Alfons Soldevila Riera (Soldevila, Soldevila, Soldevila Arquitectes)
    Dirección de proyecto:
    Alfons Soldevila Barbosa (Soldevila, Soldevila, Soldevila Arquitectes)
    Dirección de obra:
    Alfons Soldevila Barbosa (Soldevila, Soldevila, Soldevila Arquitectes), Albert Dalmau (arquitecto técnico – AMB)
    Colaboradores:
    Joan Baptista Pont, Benedetta Rodeghiero, Zara Gibert (arquitectos), PGI Grup (instalaciones), Miquel Llorens (estructuras – GMK Associats)
    Contratista:
    Rogasa
Premios y reconocimientos

Seleccionada en los Premios FAD 2010 en la categoría de Arquitectura.
Mención honorífica de los Premios ATEG de Galvanización en Construcción 2010.
Pre-finalista de la XI BEAU Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo 2011.

Descripción

El objetivo del proyecto es construir un complejo deportivo con un campo de fútbol, una pista polideportiva, una pista de hockey y pistas de petanca, además de un edificio que dé cobijo a los usos requeridos. Un requisito fundamental del proyecto ha sido el de completar la fachada de la ciudad hacia la autopista, en una franja que aglutina distintos equipamientos municipales (masía de Can Cabanyes, aparcamiento municipal, zonas deportivas, campo de fútbol Pere Gol) y que continúa hasta la Ciutat del Bàsquet (Ciudad del Baloncesto, centro comercial).

El complejo deportivo Salvador Espriu se encuentra en una gran zona entre barrios residenciales de Badalona y la autopista Barcelona-Mataró, que se sitúa en una cota inferior. Esta situación hace que se tenga que solucionar la cuestión de una fachada urbana de gran dimensión así como el hecho de poder tener un control de todo el conjunto desde el punto de vista de un vehículo en movimiento. La fachada de la calle de la Concòrdia, que da a la autopista, se proyecta de manera ritmada, mediante pilares metálicos de 9 metros de altura, separados cada 6 metros, con un remate superior también metálico desde el que cuelga la valla exterior. El desnivel se salva con un muro de altura variable que ayuda a consolidar la fachada y que absorbe los desajustes entre rasantes. El acceso principal al complejo se realiza por la avenida de Salvador Espriu, en la cota superior, a nivel de las gradas; por esta misma cota se accede al edificio de la recepción y a los vestuarios. La cota de las pistas permite un acceso secundario rodado desde la calle de Pere Martell.

El edificio de equipamientos, al que se accede desde la calle a una cota superior a la de las pistas deportivas, se sitúa en el centro del complejo, perpendicular a la autopista. En este lugar hay el punto de control, la zona de organización y gestión y todas las dependencias del centro. La estrategia de implantación consiste en realizar un edificio ligeramente inclinado, facilitando así la evacuación y la recuperación de las aguas pluviales y del agua procedente de las duchas. Al mismo tiempo, ofrece una fachada realzada visible desde la autopista. Se trata de un edificio muy ligero con una estructura metálica y unos cierres formados a partir de elementos industrializados, fáciles de mantener y de reponer, ya que el montaje se hace casi exclusivamente en seco.

La planta baja es muy permeable en la cota de las pistas deportivas, gracias a la altura que se consigue con la pendiente. En la testera hay un espacio abierto al exterior de gran calidad ambiental, en el que se encuentra el bar y su terraza. En el piso, las fachadas se generan a partir de las galerías perimetrales de acceso a los vestuarios mediante montantes metálicos revestidos de policarbonato. Unas aperturas horizontales que resiguen toda la longitud de las fachadas ofrecen una visión de las dos zonas de pistas en todo momento. Las fachadas se convierten de este modo en un elemento clave del edificio. Su grado de transparencia y su tonalidad cambian según el tiempo y la hora. Por la noche, el edificio se convierte en una gran luminaria que ofrece una imagen global, única y reconocible de esta parte de la ciudad.

Dónde