Modelo de espacios libres urbanos de Castelldefels

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La forma del territorio | Equipo redactor

El objeto de este documento es definir un nuevo modelo de estructura de los espacios libres urbanos para el municipio de Castelldefels que permita desarrollar modificaciones de planeamiento y proyectos de mejora del espacio público y la movilidad.

Superficie:
415 ha
Fases:
Estudio -
Dirección y coordinación:

Josep Maria Carreras (director de los Servicios de Urbanismo, AMB), Loles Herrero (jefa del Servicio de Planeamiento Urbanístico, AMB)

Equipo redactor:

Jordi Peralta y Anna Majoral (arquitectos, AMB), Aina Alemany, Marc Ruiz, Jaime Andrade y Albert Rodríguez (estudiantes de arquitectura, AMB)

Municipios:
Castelldefels

Descripción

Título oficial del plan

Propuesta para la mejora de la estructura urbana: modelo de espacios libres urbanos de Castelldefels.

El estudio propone un nuevo modelo urbanístico para la ciudad de Castelldefels, que posibilite la mejora funcional de las zonas verdes y los equipamientos públicos de la ciudad y que cree una estructura local clara y potente que pueda fundamentar el interés público y el acierto de futuras actuaciones a corto, medio y largo plazo. En este sentido, se propone confeccionar una estructura basada en la forma del territorio, que jerarquice la red de espacios libres y equipamientos —priorizando la calidad frente a la cantidad—, que sea sencilla y versátil al mismo tiempo, que a la vez conecte y articule la escala local y la territorial. Tan solo a partir de un modelo de ciudad ambicioso se podrán vehicular transversalmente las distintas políticas urbanísticas, sociales y ambientales pendientes en el municipio.

Dentro del sistema del delta del Llobregat Castelldefels tiene una posición privilegiada, dado que el sistema montañoso del Garraf —en este punto— se aproxima mucho al litoral y determina una relación muy directa entre ambos sistemas naturales. Esta conexión, históricamente, ha sido cortada por las infraestructuras que atraviesan el territorio, desde la carretera de Santa Creu de Calafell hasta la autopista C-32 (que se construyó para los Juegos Olímpicos de 1992). Todas terminan coincidiendo en el cuello de botella que les permite continuar en dirección sur. En este sentido, el municipio consta de dos partes bien diferenciadas y separadas por el espacio bisagra de Can Aymerich, el lado este donde la planitud del delta se combina con los primeros relieves del Garraf y con el casco histórico ubicado sobre la línea de somontano, y el lado oeste, con los barrios de Poal y Bellamar, donde el sistema montañoso se hace mucho más presente y las urbanizaciones colonizan sus vertientes.

Orográficamente Castelldefels se extiende sobre una serie de relieves perpendiculares al mar que, a modo de dedos cortos, evacuan el agua, a veces al Mediterráneo, a veces por infiltración en el acuífero del delta. Esta secuencia de valles y cordales es de vital importancia para la propuesta del nuevo modelo, ya que el tejido construido ha ido borrando esta potente matriz biofísica, y relieve y agua se han ido perdiendo.

Así pues, la propuesta de modelo reconoce y potencia seis ejes estructurantes que tendrán que recoser la ciudad en el sentido mar-montaña. De este a oeste, estos ejes son el canal olímpico, el del centro, el paseo del bosque, el eje de Can Aymerich, el de Bellamar y el del barrio del Poal. La transformación prevista de la carretera C-245 en una avenida metropolitana permitirá relacionar transversalmente los seis dedos, en forma de espina.

El despliegue del modelo implica, entre otras actuaciones, la realización de una o más modificaciones puntuales del Plan General Metropolitano. Se ha hecho un ensayo preliminar de estas propuestas de planeamiento, utilizando las diferentes herramientas y acciones urbanísticas disponibles como clasificar, calificar, gestionar, expropiar, conveniar, etc.