Urbanización de las calles del casco viejo

El casco antiguo de Sant Boi sigue recuperando espacio para los peatones en esta segunda fase de reurbanización y mejora los servicios municipales. El proyecto propone un juego de pavimentos que guían a los peatones y limitan el uso del vehículo privado.

Aleix Bagué
Ficha técnica
  • Fecha del proyecto:
    Febrero 2009
    Data inicio de la obra:
    --
    Data fin de la obra:
    --
    Fecha de ejecución:
    Diciembre 2009
    Municipio:
    Sant Boi de Llobregat
    Superficie:
    7.104 m2
    Coste:
    2.500.000,00 €
  • Autores:
    Antonio Montes (arquitecto – AMB)
    Dirección de proyecto:
    Antonio Montes (arquitecto – AMB)
    Dirección de obra:
    Antonio Montes (arquitecto – AMB), Javier Navarro (ing. técnico de obras públicas – AMB)
    Colaboradores:
    Catalina Montserrat (ing. agrónoma), Susana Casino (ing. técnica agrícola), Joan Codina (ing. técnico industrial), Manel Sanz (técnico auxiliar de obra), Roger Ayza, Marta S. Blanco (arquitectos), Jesús Magallón (estudiante de arquitectura)
    Contratista:
    Dragados SA
Descripción

La permanente transformación del espacio público de los cascos viejos viene determinada principalmente por los nuevos modelos de movilidad: recuperar espacio para los peatones en detrimento de los vehículos. El proyecto pretende reflexionar sobre esta transformación y reconducir las propuestas hacia una sistematización de la sección, un nuevo orden de los materiales y una estandardización de los elementos urbanos. A pesar de que se trata básicamente de pavimentar calles y plazas, las obras sirven para renovar, completar y mejorar las redes de las compañías de suministro y  de los servicios municipales.

El casco viejo de Sant Boi está compuesto por un tejido de calles y plazas de pequeña dimensión, con alineaciones discontinuas de edificios que alternan arquitecturas tradicionales con patrimoniales. La propuesta establece distintos tipos de intervención.

En las calles de Francesc Maragall, Miguel de Cervantes y la Palla, las de dimensión más pequeña, la transformación consistió en la racionalización del tráfico y la eliminación del párking de vehículos sustituyendo la calzada y las aceras existentes por una superficie plana de un solo nivel y de un único material. La diferenciación de los usos se insinúa con una hilera de árboles y una rigola continua de recogida de aguas pluviales.

La calle de Jaume I, más ancha, es un espacio destinado principalmente a los peatones. Su ordenación se consigue mediante la diferenciación de materiales: el asfalto en la parte central y el bordillo en uno de los lados, que ordena la recogida de aguas y limita el paso ocasional de vehículos. En la zona menos ancha de la calle se mantiene el criterio de colocación de los materiales, pero toda la sección queda al mismo nivel.

En la plaza Cap de la Vila, se elimina su uso exclusivo de rotonda para la circulación de vehículos y se da prioridad a la recuperación del espacio para los peatones, como un punto de encuentro y un espacio para relacionarse. La plaza se pavimenta con un único material y a un solo nivel, excepto la acera de ponente, en la que un bordillo ordena el paso permanente de vehículos. Mediante cambios en el despiece, la textura y las juntas, el pavimento sugiere, sin llegar a condicionar, la especialización de los usos de la plaza, la zona destinada a la circulación de vehículos y la zona permeable de plantación: se conservan dos pinos existentes.

Como se hizo durante la intervención en la fase anterior, el pavimento se ha colocado siguiendo distintas orientaciones en función de la anchura o longitud del espacio y la situación de la calle en el tejido urbano. Se mantienen los criterios sobre materiales de paviementación de la primera fase. En las calles se utiliza el adoquín de granito, un material de calidad y neutro que, dada su resistencia, es compatible con la circulación de vehículos y proporciona un acabado antideslizante, resistente al pulido y fácil de reponer. La plaza, elemento singular en la trama, se distingue del sistema de calles con un pavimento de pórfido rojo.

Los elementos urbanos definen y aportan comodidad a los espacios más singulares. Si la zona es suficientemente ancha, se complementan con la introducción de un arbolado específico. El alumbrado se ha resuelto con columnas de aluminio tipo Plus, situadas entre los árboles alineados, y proyectores con patas en el resto de las calles.

Dónde