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El origen de la casa situada en la finca de Can Negre es una masía del siglo XVII que estaba totalmente rodeada de terrenos de cultivo y que hoy se encuentra enmedio de varias construcciones, fruto del crecimiento del pueblo y de la reparcelación y urbanización de los terrenos. La masía ya fue ampliada por Josep Negre en 1680.

Una segunda y más importante ampliación tuvo lugar a principios del siglo XX dirigida por el arquitecto Josep Maria Jujol: se inició en 1914 y terminó en 1926 con la construcción del oratorio. Todas las fachadas de la masía quedaron reformadas, y el trabajo más importante se realizó en la fachada principal. En 1965 parte de la finca pasó a ser propiedad municipal y se destinó a Casa de la Cultura. Desde 1977 hasta 1990, se han hecho pequeñas obras de acondicionamiento, consolidación y mejora, y esta última actuación tuvo por objeto la rehabilitación exterior de fachadas y cubierta.

A causa de las intervenciones que ha sufrido la casa a lo largo del tiempo, no se encontró ningún color original del enfoscado de las fachadas. Sin embargo, gracias a referencias de vecinos del pueblo y a fotografías de la época, se pudo determinar el color que finalmente se aplicó después de numerosas pruebas. Con relación a la parte superior de las fachadas sur y norte, se tenía la certeza de su tono blanquecino.

De los esgrafiados que presiden la casa, la interpretación y coloración fue más rápida. Se realizaron unos calcos, todos a escala real, un total de 60 hojas de 1x2 metros, numerados, donde quedaban reflejados el total de los dibujos que Jujol realizó. Aun así, el esgrafiado que hizo él es impreciso, mal cortado y con una línea de perímetro que no está bien definida. Ello concede una áurea de ambigüedad y precariedad a todo el conjunto, puesto que el esgrafiado no está resuelto siguiendo unas normas estrictas y académicas. El color oscuro de fondo aplicado se ha obtenido de los esgrafiados que han quedado mejor conservados desde su origen.

Con relación a la carpintería, hay una característica interesante aplicada por Jujol. La parte de la carpintería fija, en contacto con la obra de fábrica, se pinta de color marrón y la parte de carpintería practicable, que tiene movimiento, se pinta de color blanco. Así se ha hecho otra vez, de acuerdo con los documentos gráficos de la época. Siguiendo este criterio, todos los elementos de forja que pertenecen a las fachadas, es decir a la obra de fábrica de la casa, se han pintado en marrón; en cambio, las dos piezas de forja de sección cuadrada que se encuentran debajo de la tribuna se han pintado de blanco para dar la sensación de poco peso en la tribuna; la puerta enrejada con toda su ornamentación superior se ha hecho en negro, puesto que formaba parte de otro sitio de la casa, la antigua salida al huerto.

Se ha limpiado y rehabilitado el pozo y el lavadero que en su origen formaban parte de la fachada sur de la casa, recuperándolos totalmente y pintándolos azules, tal y como eran originariamente. Para efectuar este trabajo, se derribó el tabique y la puerta que lo escondía, un trabajo poco costoso, pero muy gratificante, al devolver a toda la fachada su estado original.