Centro de cultura "El Carme"

Ubicado en el corazón de Badalona, el centro cultural El Carme es un edificio singular que dibuja una volumetría que rompe la alineación de fachada y juega con las perspectivas del entorno. De esta manera redefine el espacio público.

Interior del Centre de Cultura El Carme
Lourdes Jansana
Ficha técnica
  • Fecha del proyecto:
    Junio 2009
    Data inicio de la obra:
    --
    Data fin de la obra:
    --
    Fecha de ejecución:
    Julio 2012
    Municipio:
    Badalona
    Superficie:
    3.556 m2
    Coste:
    6.498.891,35 €
  • Autores:
    José Antonio Martínez Lapeña, Elias Torres (Martínez Lapeña-Torres Arquitectos)
    Dirección de proyecto:
    José Antonio Martínez Lapeña (Martínez Lapeña-Torres Arquitectos).
    Dirección de obra:
    José Antonio Martínez Lapeña, Luis Valiente (Martínez Lapeña-Torres Arquitectos), Olga Mèliz, Mireia Díaz (arquitectas técnicas – AMB).
    Colaboradores:
    Gerardo Rodríguez (estructuras – STATIC Ingeniería SA), Consulting Oficina Tècnica Lluís J. Duart SLP (instalaciones).
    Contratista:
    Vías y Construcciones SA
Premios y reconocimientos

Seleccionado en los Premios Catalunya Construcció 2013 en la categoría Dirección o gestión de la ejecución de obra.

Descripción

Desde la iglesia de Santa Maria, la calle del Temple desciende hacia el mar. Después de cruzar perpendicularmente la calle de Francesc Layret, se estrecha y cambia su nombre por el de Sant Francesc d'Assís; sin embargo, la alineación de las fachadas orientadas al este se mantiene. En este punto de cambio de nombre e intersección con la calle de Layret se ha edificado el centro de cultura contemporánea El Carme, que toma el nombre de la antigua clínica de maternidad que ocupaba el solar. El nuevo edificio asume este cambio de dimensión de las calles, aunque al modificar la geometría de la esquina con un chaflán a 45º, donde está situada la entrada al centro, se establece una nueva transición entre la calle ancha y la estrecha. Mientras que la fachada de la calle de Sant Francesc se ensancha hasta la entrada, la de la calle Layret mantiene su alineación original.

La altura de las cinco plantas sobre la calle ha aumentado respecto de la que tenía la clínica con el fin de posibilitar futuras actividades del centro. Esta modificación ha sido regulada mediante un plan especial que ha incorporado asimismo las nuevas geometrías de cada planta y la volumetría resultante de su superposición. Se trata de un conjunto de volúmenes liberados de la arquitectura de los edificios cercanos y de la geometría del rectángulo del solar sobre el que se edifica, que a partir de la primera planta vuelan y retroceden unos sobre otros con la aparición de terrazas. Las plantas superiores se separan, en parte, de los dos edificios colindantes y dejan que las fachadas continúen ciegas en sus medianeras pero con los mismos revestimientos. El centro cultural se muestra singular dentro del barrio y su altura no sobrepasa la de otros edificios entre medianeras de la zona. Una última y sexta planta, para las instalaciones de climatización, recupera en voladizo un fragmento de la alineación perdida en las plantas inferiores de la calle de Sant Francesc.

El núcleo de comunicaciones verticales y los servicios se adosan a la medianera del edificio de la calle de Layret. La luz de un patio con un lucernario acompaña la escalera principal y los servicios de cada planta. El sótano se destina a exposiciones y conferencias y recibe la luz de dos pequeños patios triangulares hundidos en el solar y colindantes a los jardines y construcciones de una planta del interior de la manzana. En la planta baja el bar disfruta de la luz de estos patios y de la vegetación plantada en ellos y en una jardinera longitudinal colgada.

Todas las plantas se compartimentan con paneles que forman ángulos rectos, extensión geométrica del núcleo de comunicaciones. Un muro cortina cierra todas las dependencias hacia el exterior. Tanto el muro como los alféizares de las terrazas de las fachadas que reciben el sol más molesto del verano se protegen con un brise-soleil de lamas blancas de aluminio, con diferentes inclinaciones fijas, que en la planta baja se pueden convertir en puertas si es necesario. Por la noche, estas irregulares cajas de cristal superpuestas convierten el edificio en una enigmática lámpara a rayas de luz de distintos gruesos de una persiana mediterránea gigante en el corazón de Badalona.


Realització vídeo: Estudio Alteraciones

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