El objeto de la intervención ha sido la ampliación y ordenación de esta plaza a partir de la oportunidad que ofrecía el derribo de un edificio en desuso y afectado por el PGM. La plaza era un espacio de forma troncocónica de unos 2.200 m2, situado en una supermanzana de prioridad invertida en el barrio de La Torrassa, con la calle del Montseny, de tráfico rodado y eje del barrio, como límite superior. En el centro de la plaza había una zona de juegos infantiles de forma irregular y mal encajada que presentaba un pavimento en estado deficiente. Una serie de elementos de gran volumen (caseta de helados, de la ONCE, paneles publicitarios, etc.) manchaban y obstaculizaban el lado más estrecho de la plaza, rozando con la calle del Montseny.
La incorporación del solar liberado, situado en uno de los chaflanes de dicha calle, confiere al nuevo espacio una forma en L que permite que la plaza mejore su relación con el barrio por su extremo más concurrido. La actuación aprovecha este hecho liberando al máximo este punto mediante la ordenación de los elementos de mobiliario existente y la implantación del nuevo programa.
El nuevo espacio tenía que integrarse en la plaza existente y reconocerse como parte de ella. Con esta finalidad se ha derribado el sector de pavimento prefabricado de hormigón que formalizaba el frontal de fachadas y se ha extendido el pavimento de piezas de granito que había en el centro. Los nuevos elementos de juegos que se han instalado se han situado, según sus características y requerimientos, en dos zonas diferenciadas: una protegida, con pavimento de caucho y que contiene los elementos infantiles; otra abierta con pavimento de granito de igual dirección y menor tamaño que el resto de la plaza que contiene los elementos para adultos. Estas dos zonas están separadas entre si por un banco de grandes dimensiones formado por vigas de madera laminada, que deja pasar el tronco de una magnolia como elemento singular y desempeña la función de barrera para la zona de juegos infantiles complementada con tramos de tubulares de acero galvanizado.
La intervención ha requerido asimismo el tratamiento técnico y estético de las dos medianeras que han quedado a la vista. Se ha colocado al lado un banco corrido de hormigón armado que funciona a la vez como ámbito de estar y transición entre las dos zonas de juegos y el tratamiento de las paredes. Este banco es también la fundamentación de unos perfiles de acero estructurales que, con distintas alturas y secciones, y pintados con un degradado de colores, confieren un ritmo particular a las dos paredes medianeras. Los colores del degradado, al igual que los del caucho, siguen la paleta establecida a partir de los colores de los nuevos tabiques pluviales dispuestos, que son los de las fachadas principales de los edificios a los que corresponden. Estos colores y el tipo de cerca de tubulares han sido los que se han utilizado en la reforma de la zona de juegos existente. Se ha reformado su trazo para que se acople con más holgura y permita así una mejor circulación a su alrededor y una convivencia más fluida con las terrazas de los locales de la plaza. El mobiliario urbano existente se ha ordenado para poder liberar espacio en el acceso a la plaza desde la calle del Montseny.
Realització vídeo: Estudio Alteraciones