Parque Primer de Maig

El parque Primer de Maig se ha diseñado con la implicación de los ciudadanos. El proyecto propone menos coches, respetar la vegetación existente y reforzar el paseo de las moreras. En definitiva, pretende crear una nueva relación con el entorno cercano, la ciudad, y el más lejano, el campo.

Imagen del parque
Adrià Goula
Ficha técnica
  • Fecha del proyecto:
    Febrero 2010
    Data inicio de la obra:
    --
    Data fin de la obra:
    --
    Fecha de ejecución:
    Marzo 2012
    Municipio:
    Ripollet
    Superficie:
    14.140 m2
    Coste:
    1.406.860,00 €
  • Autores:
    Antonio Montes Gil, arquitecto (AMB)
    Dirección de proyecto:
    Antonio Montes Gil, arquitecto (AMB)
    Dirección de obra:
    Antonio Montes Gil, arquitecto (AMB), Mònica Mauricio, arquitecta técnica (AMB)
    Colaboradores:
    Roger Ayza, Marta Sánchez (arquitectos), Catalina Montserrat (ing. agrónoma), Jordi Bardolet (ing. técnico agrícola), Marta Juanola (arquitecta técnica), Dina Hermoso, Josep Bayo, Jonatan Álvarez (ing. técnicos industriales), Paulino Vicente (estructures – BOMA), Javier Labad (arquitecto – Zutskate), Jesús Magallón (estudiante arq.)
    Contratista:
    UTE MAHECO-VIALSER
Descripción

El rápido crecimiento demográfico y el desarrollo urbanístico que ha sufrido Ripollet en la segunda mitad del siglo XX ha favorecido la existencia de espacios periféricos complejos, de encuentro entre las antiguas zonas rurales y la trama urbana, de mezcla de usos industriales y residenciales.
En la isla del parque del Primer de Maig, situada en el extremo este del municipio, conviven espacios con una urbanización precaria y poco cuidadosa con la topografía original. El parque limita con una zona rural extensa, de uso agrícola y preservada de la edificación.

El parque, previamente a las obras de remodelación, era el resultado de una intervención incompleta de los años ochenta. El espacio se estructuraba a partir de una plaza circular, rodeada de cedros. Organizado en recintos de difícil control visual, provocaba la ocupación de los espacios más degradados por grupos marginales de población.

Previamente a las obras, el Ayuntamiento había construido un centro cívico en una posición central respecto al parque, que lo fragmentaba.
El programa del parque es el resultado de un proceso participativo que recoge propuestas de los vecinos, extraídas de reuniones con jóvenes, grupos de skaters, grupos de mujeres y otros colectivos coordinados por el Ayuntamiento de Ripollet.
La actuación debía dar respuesta a las exigencias de un nuevo parque urbano con claridad y sobriedad, garantizando la conectividad y la permeabilidad entre los diferentes ámbitos y usos reconocidos en el programa del proyecto.
Dentro del espacio del parque estaban ubicadas unas pistas de petanca y un edificio de aparcamientos, que quedan excluidos del proyecto y pendientes de un proceso de expropiación.

El proyecto propone como criterios generales:

• Suprimir la circulación y el aparcamiento de vehículos en las calles perimetrales, restringiendo su uso como vial de acceso para vecinos, convirtiéndolos en un espacio más de recorrido del parque para peatones.
• Crear una franja ajardinada entre el vial y las viviendas para mejorar la conexión visual y desdibujar el límite. Al incorporar visualmente los jardines de las casas vecinas y la zona rural, se tiene la sensación de un espacio más grande, potenciando la linealidad y profundidad del parque más allá de las fachadas de los edificios.
• Reforzar y completar el eje del paseo de las moreras con un camino pavimentado hasta la calle de la Mercè, que se refuerza con la introducción de un banco lineal de madera.
• Crear una plataforma pavimentada de hormigón a cota del acceso del centro cívico. Dentro de esta franja que define el paseo de las moreras y la calle Tamarit, se sitúa la pista deportiva.
• Restaurar la topografía de la zona del antiguo campo de fútbol para mejorar la conexión de este espacio con los límites.
• Crear un plan continuo de prado seco para resolver la continuidad de la topografía y colocar unos recintos hundidos, como grandes huellas, para la pista de skate y los juegos infantiles.
• Respetar la vegetación existente, principalmente los cedros.
• Los nuevos usos, las zonas de estancia y los itinerarios para peatones han permitido descubrir una relación con el entorno cercano (ciudad) y lejano (campo) que hasta ahora era desconocida para la mayoría de los ciudadanos. Lo que hasta la fecha era un espacio trasero, se ha convertido en acceso al parque y ha permitido calificar y mejorar la accesibilidad de este espacio urbano.

Dónde
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