Àrea Metropolitana de Barcelona

El proyecto responde a la necesidad de Sant Andreu de la Barca de disponer de nuevas instalaciones que alberguen las actividades que se hacían en la piscina de verano cubierta de forma precaria con un globo de tela. Las antiguas piscinas no podían ofrecer lo que busca el usuario de hoy, cuya demanda está más relacionada con el valor lúdico del agua que con la práctica deportiva de competición. El solar seleccionado por el ayuntamiento era anexo al complejo deportivo Onze de Setembre, situado al límite urbano del municipio, muy cerca de una zona de bosques y en un terreno delimitado por los taludes que conforman el antiguo paso de una rambla, actualmente canalizada.

El nuevo edificio se encuentra en el antiguo campo de fútbol anexo al complejo deportivo y se relaciona con la cota superior de la grada de la pista cubierta. Con el objetivo de fomentar un crecimiento equilibrado de todo el complejo, el proyecto anula el acceso actual y sitúa el nuevo acceso en la cota superior, de manera que queda centrado en relación con el edificio existente y el nuevo. Esto permite disponer de un nuevo vestíbulo que mejora las dimensiones y la comunicación, y que resuelve la cuestión de la unión entre los dos edificios.

Sin embargo, este nuevo acceso y una parte de la ampliación realizada resultan poco visibles desde la calle ya que se encuentran al final de un recorrido para peatones con pendiente. Como solución, se crea un nuevo espacio urbano con forma de plaza en la cota superior de la calle de Bonaventura Pedemonte, en el límite con la escuela Àngel Guimerà. Esta plaza da continuidad al vestíbulo del nuevo acceso y así se consigue un espacio cuya función de pasarela se hace evidente, puesto que relaciona las dos fachadas del edificio nuevo y facilita el contacto con el edificio existente. Al mismo tiempo se pone fin al recorrido por las zonas verdes y se promueve un nuevo punto de relación social que tendrá el apoyo del bar de las nuevas piscinas, en relación con la plaza mencionada.

El complejo deportivo que resulta de la ampliación intenta resolver el programa funcional de manera que sea lo más fácil posible para los usuarios hacer un uso confortable de las actividades. Además se pretende establecer la mayor relación visual posible entre el nuevo vestíbulo y las zonas de actividades deportivas, ya que se considera que poder gozar del "espectáculo" deportivo de un complejo que alberga tantas y tan diversas actividades es enriquecedor para el visitante y estimulante para los usuarios.

Teniendo en cuenta la naturaleza de este tipo de equipamiento, y puesto que las referencias visuales del solar son muy cercanas por el hecho de estar enterrado en relación con el entorno, se ha optado por una composición horizontal en las fachadas. La primera altura hasta 2,20 m se resuelve con elementos visualmente permeables que permiten que entre la luz en las salas destinadas a la práctica deportiva, que establecen de este modo una relación con su entorno cercano. En el resto de la fachada se propone un cierre ciego de chapa metálica que recorre todo el perímetro del edificio y que permitirá relacionar la intervención con el equipamiento existente, terminado en gran medida con chapa de acero del tipo pegaso.